My friend found this article and started a great conversation. The article explains the story of two women (Sharon Cook, and Beth Boisvert) who work at a public library in Jessamine County, Kentucky, who decided what material was “appropriate” for young patrons, and went so far as to remove a book from the collection so it could not circulate. The book in question is “The League of Extraordinary Gentlemen, Volume IV: The Black Dossier“a graphic novel that won the 2007 “Favourite Original Graphic Novel” Eagle Award, and includes some nudity which these women did not think was appropriate.
I found it appalling that Cook began by checking the book out, in effect removed it from the shelves. When a patron placed a hold on it, she checked to see who the patron was, and upon realizing it was a 11 year old girl, she overrode the hold, thus preventing anyone from checking out the book. She still hasn’t returned it.
I’m quite tired of all these cries of “we are protecting our children;” it’s simply not our job, nor our responsibility as librarians, and other library employees to decide what is appropriate or not for our patrons to read. This type of censorship is all the more enraging when I know of so many cases where the public library has been a save heaven for children and young adults who wish to explore topics that might not have been easily embraced at home or with their peers. Just to bring up one example, I know several people whose explorations at the public library allowed them to gain the courage to come out the closet. The public library should encourage exploration of all kinds.
I don’t want to end this on such a sour note. Unfortunately there are plenty of nosy people trying to impose their views on others. I’d rather end this post on an uplifting note. Not that long ago StoryCorps release a story of Judge Olly Neal, who credits his open minded librarian for much of his success in life. He says that as a young man he did not feel comfortable reading because he thought his peers would make fun of him, yet one day he was in the library and saw a book that looked a little “risque” and wanted to read it. Not feeling he wanted to be “outed” as a reader, he took the book under his jacket, read it, and returned in a couple weeks later, only to find another book for him in the exact same spot. He took that book home as well and read it. This cycle when on for some time, and only years later did he learn that his librarian had seen him take that first book, and instead of chastising him for wanting to read “inappropriate books” she went out and looked for more books for him to read. It was his librarian who kept putting the books where he could find them, and encouraged him to continue reading. What a different attitude towards a user. This last librarian respected her patron, and helped enrich someone’s life.
Cheers to all the wonderful, open-minded librarians!
12.05.09 – This book has since been recataloged and placed in the adult section of the library.
Un amigo encontró este artículo y comenzó una conversación muy animada. El artículo explica la historia de dos mujeres (Sharon Cook, y Beth Boisvert) quienes trabajan en una biblioteca pública en el Condado de Jessamine, Kentucky, quiénes decidieron qué material era “apropiado” para los usuarios jóvenes, y llegaron hast al extremo de retirar un libro de la colección evitando que este pudiera circular. El libro en cuestión es “La Liga de los Hombres Extraordinarios, volumen IV: El Dossier Negro“, una novela gráfica que en el 2007 ganó el “Favorite Original Graphic Novel” Eagle Award, e incluye algunos desnudos que estas mujeres decidieron no era apropiados.
Me pareció terrible que Cook empezó por sacar el libro a su nombre, en efecto retirado de los estantes. Cuando un usuario lo pidió, Cook reviso los registros para ver quien había pedido el libro, y al darse cuenta de que era una niña de 11 años, ella hizo caso omiso al pedido, evitando así que alguien pudiese sacar el libro. Cook todavía no ha devuelto el libro.
Estoy muy cansado de todos estos gritos de “estamos protegiendo a nuestros niños,” sencillamente no es nuestro trabajo ni nuestra responsabilidad como bibliotecarios y otros empleados de la biblioteca decidir que es apropiado o no para nuestros usuarios. Este tipo de censura es aún más indignante cuando sé de tantos casos en que la biblioteca pública ha servido como un espacio seguro para niños y adultos jóvenes que desean explorar temas que habrían sido aceptados fácilmente en casa o con sus compañeros. Sólo para mencionar a un ejemplo, conozco a varias personas cuyas exploraciones en la biblioteca pública les permitió obtener el valor de salir closet. La biblioteca pública debe alentar la exploración de todo tipo.
No quiero terminar esto con una nota tan amarga. Desafortunadamente, hay mucha gente entrometida tratando de imponer sus puntos de vista sobre los demás. Prefiero terminar este post con una nota alentadora. No hace mucho StoryCorps publico una historia del Juez Olly Neal que da crédito a una bibliotecaria de mente abierta por gran parte de su éxito en la vida. Él dice que de joven no se sentía cómodo leyendo porque creía que sus compañeros se burlaban de él. Pero un día estaba en la biblioteca y vio un libro que parecía un poco “subidas de tono” y quiso leerlo. No queriendo que sus compañeros se burlaran de leer, por ser un “lector,” se llevo el libro debajo de su chaqueta, lo leyó, y lo regresó al par de semanas. A su regreso encontrar otro libro parecido, justo en el mismo lugar. Se llevo ese libro a casa, lo leyo, y lo regreso. Este ciclo continuo por algún tiempo, y sólo años más tarde se enteró de que su bibliotecaria lo había visto tomar ese primer libro, y en lugar de castigarlo por querer leer “libros inapropiado” salió y buscó más libros para que leyera. Era su bibliotecaria quien consegia los libros y los ponía donde el los pudiera encontrar, y asi lo animo a seguir leyendo. Que diferencia de actitud hacia un usuario. Esta bibliotecaria respeto su usuario, y ayudó a enriquecer su vida.
¡Saludos a todos los maravillosos bibliotecario que conservan y animan a tener una mente abierta!
12.05.09 – Este libro ha sido reclasificado y se ha incluido en la sección de adultos de la biblioteca.
Jennifer W.
Argh! Censorship for sure! Stories like this make me crazy. If you don’t want to read the book, don’t read it. Why do you presume the entire world is obligated to live by YOUR moral code – I’m talking to censorship lady, not you Stephanie! 🙂